Ya hace tiempo que una mujer me paró en plena calle y me preguntó porqué demostraba tanto cariño por las personas, pero nunca había escrito de amor. Tuve que aclararle que lo que no había era publicado, escrito hay mucho, pero es privado. Al menos, por ahora y hasta que lo decida a quien tanto le he escrito, es privado.
Sin embargo
y adelantándome un poco a las vísperas del día de San Valentín, quisiera
acercarles algunas reflexiones. Ahora que muchos de los canales de tv, de los
periódicos, de las emisoras de radio se traen y se llevan los asuntos de pura
cama, de puros intereses de la “casquería de los bajos fondos…”, me pregunto y
así se lo traslado… ¿Con quíen entre cruzan sus manos?, ¿Cuáles son las manos
que les estremecen, que les sobresaltan en apenas un roce?, ¿Cuál es la mirada
que no pueden evitar y les revitaliza
para el resto del día?.
¿Cuándo
fue la primera vez que sintieron que toda la vida querrían estar al lado de esa
persona? A pesar de que las
circunstancias del camino hicieran que no se volvieran a cruzar o quizá que al
reencontrarse en otro nuevo tramo, en un tiempo que ya no es el que corresponde,
hace que al echar la mirada atrás, les sobrecoja un recuerdo, quizá acompañado
de un aroma, de un sonido, de una canción…
Tal vez
tengan la oportunidad, de compartir estos días con la persona con la que se
sienten profundamente felices, con la que tantas veces al día discuten y sin la
que las palabras no tendrían el mismo sentido y no se dan cuenta de la poca
importancia que tienen esas discusiones… quizá es que no han aprendido otra
forma más directa de comunicarse. ¿Siguen creyendo que es más importante llevar
la razón, conservarla, demostrarla, sostenerla y no enmendarla, que detenerse
un instante a depreciar la causa?.
Yo no
sé si aún conservan el recuerdo de quien supo o tuvo la oportunidad de robarles
por un momento el aliento, de quien paró todos los relojes que importan y
sintió el roce de una piel que aún sin ser la suya, la hizo propia.
Ójala que
todo lo que les he trasladado como pasado, como recuerdo, sepan y tengan la
oportunidad de traérselo al presente, de vivirlo, de crearlo para otra persona,
sea cual sea su edad, su sexo, su condición… y en otro caso, sepan aprender a
amarse a sí mismos, para crear en su interior, la mejor de las moradas para quien
si no la habita ya, sin duda… estará por llegar…
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