jueves, 24 de enero de 2013

ESA VIBRACIÓN, ES LA QUE IMPORTA….



                Ya hace tiempo que una mujer me paró en plena calle y me preguntó porqué demostraba tanto cariño por las personas, pero nunca había escrito de amor. Tuve que aclararle que lo que no había era publicado, escrito hay mucho, pero es privado. Al menos, por ahora y hasta que lo decida a quien tanto le he escrito, es privado.


                Sin embargo y adelantándome un poco a las vísperas del día de San Valentín, quisiera acercarles algunas reflexiones. Ahora que muchos de los canales de tv, de los periódicos, de las emisoras de radio se traen y se llevan los asuntos de pura cama, de puros intereses de la “casquería de los bajos fondos…”, me pregunto y así se lo traslado… ¿Con quíen entre cruzan sus manos?, ¿Cuáles son las manos que les estremecen, que les sobresaltan en apenas un roce?, ¿Cuál es la mirada que  no pueden evitar y les revitaliza para el resto del día?.




                ¿Cuándo fue la primera vez que sintieron que toda la vida querrían estar al lado de esa persona? A pesar de que  las circunstancias del camino hicieran que no se volvieran a cruzar o quizá que al reencontrarse en otro nuevo tramo, en un tiempo que ya no es el que corresponde, hace que al echar la mirada atrás, les sobrecoja un recuerdo, quizá acompañado de un aroma, de un sonido, de una canción…


                Tal vez tengan la oportunidad, de compartir estos días con la persona con la que se sienten profundamente felices, con la que tantas veces al día discuten y sin la que las palabras no tendrían el mismo sentido y no se dan cuenta de la poca importancia que tienen esas discusiones… quizá es que no han aprendido otra forma más directa de comunicarse. ¿Siguen creyendo que es más importante llevar la razón, conservarla, demostrarla, sostenerla y no enmendarla, que detenerse un instante a depreciar la causa?.


                Yo no sé si aún conservan el recuerdo de quien supo o tuvo la oportunidad de robarles por un momento el aliento, de quien paró todos los relojes que importan y sintió el roce de una piel que aún sin ser la suya, la hizo propia.

                Ójala que todo lo que les he trasladado como pasado, como recuerdo, sepan y tengan la oportunidad de traérselo al presente, de vivirlo, de crearlo para otra persona, sea cual sea su edad, su sexo, su condición… y en otro caso, sepan aprender a amarse a sí mismos, para crear en su interior, la mejor de las moradas para quien si no la habita ya, sin duda… estará por llegar…


jueves, 10 de enero de 2013

CON TODO UN AÑO POR DELANTE….


              Yo no sé si a ustedes les ocurre algo semejante a lo que me sucede cada comienzo de año, una cierta sensación de vértigo, una mezcla entre curiosidad y excitación ante un año nuevo que se ofrece por delante… uno que ya va cumpliendo muchas lunas… sabe que lo bueno y lo malo siempre está por llegar. En el pasado año han ocurrido tantas cosas buenas y no tan buenas, que uno puede llegar a suponer que lo que venga, será… más o menos parecido… Es entonces cuando entra en funcionamiento el mecanismo lógico en funcionamiento y pretende asentar la idea de que eso, lo bueno o malo que suceda dependerá en buena medida de uno mismo… Dicho así, puede parecer casi superficial, poco creíble… pero en cierta medida… es real. Es muy probable que uno no pueda modificar los grandes acontecimientos que parecer regir muchas de las cosas que nos suceden a lo largo de cada día, no pueda predecir lo “inevitable”, no pueda enfrentarse con hechos tan contundentes como el fallecimiento de una persona, la enfermedad…
                Pero uno sí es un reflejo, una consecuencia de todo el proceso personal que lleva consigo. Cada día, cada hecho, cada circunstancia enfrentada de una u otra manera, son engranajes de la evolución personal y colectiva que hemos ido creando a nuestro modo y entender. Tanto las cosas que se han realizado, como las que hemos ido aplazando… Por suerte o por desgracia, uno no ha sido desembarcado de nave espacial alguna, sino que estamos en el momento y en la situación geográfica y geoemocional que estamos, porque hemos ido llegando a ella de una forma más o menos consciente… quizá solo por el impulso de la inercia ( que no es poco….) o por decisiones que hemos ido tomado con más o menos libertad. Es probable que a lo largo de este tiempo, haya tenido que tomar decisiones, realizar acciones de las que no se sienta del todo satisfecho, incluso que le horroricen y le estén aún pesando como losas, como bolas férreas de condenado…



                Es verdad que por cada situación, por cada pensamiento que albergamos en nuestro interior, podremos construir no solo una, sino varias excusas para explicarlas, para justificarnos y así tratar de silenciar un poco nuestra conciencia, pero… ¿ somos consecuentes con nuestros actos? o quizá siempre encontremos algo o alguien a quien poder responsabilizar de encontrarnos inmersos en el valle de los “esques”. Es cierto que vivimos en un momento geográfico y económico-social de grandes movimientos, con graves consecuencias que … ¿ no eran previsibles…?, por lo que uno va viendo, más bien no quisimos preveer…, no quisimos escuchar… y ahora nos queda el recurso de “la pataleta”, de la desesperación, de la preocupación… Es necesario ocuparse ya, desde estos primeros días del año, en marcar una meta, un objetivo para tratar de cambiar el entorno que no nos gusta.., que nos agrede. Es momento de cambiar la pregunta del qué me han quitado, qué me pueden dar… por el qué puedo hacer yo, cómo voy a resolver esta situación…
                Corren tiempos complicados, es verdad, pero no podemos olvidar que por encima de muchas otras consideraciones, somos seres supervivientes, somos seres resistentes, amoldables, acomodaticios y pensantes… pequeñas soluciones eficaces para grandes problemas hacen que se invierta el proceso y pasen a ser pequeños problemas que fueron salvados con grandes soluciones que en un principio no lo parecían…


NI ORO, NI INCIENSO, NI MIRRA…




            En el último artículo que he publicado en este blog, les he dejado un pequeño cartel, que era un obsequio, un regalo navideño, un “vale por abrazo gratis” y posteriormente me he dado cuenta que aunque en un principio me pareció que era interesante…. He ido descubriendo que…. “no tanto…”, primero, porque decía que era gratis… y no es verdad. Nadie da abrazos “gratis”, todos los abrazos que damos a lo largo de nuestra vida, tienen como mínimo la recompensa de la satisfacción por abrazar, por entrar en contacto directo con otra persona  (Incluso yo recomiendo abrazarse a árboles… por ejemplo… tiene importantes ventajas y recompensas…) o abrazar a nuestro animal de compañía, sea un gato, un perro… quizá con los peces sea algo más… complicado. Es verdad que no pediremos nada a cambio a nuestra “mascota”, pero es igual de cierto que recibimos, como poco, tanto como damos, cuando abrazamos.
                En otro lado de este cartel, decía que esta promoción no es acumulativa, segundo error… ¡Por supuesto que es acumulable…!, puede acumularse por varios abrazos, más o menos continuados, pueden acumularse junto con besos, con otro tipo de “achuchones”, con dependencia de nuestra relación con la persona o ser al que abracemos…



                He querido utilizarlo, como excusa para acercarles la reflexión sobre la interrelación que mantenemos con nuestro entorno,cómo es tan habitual dejarnos llevar por un lenguaje comercial, que machacándonos por emisoras de radio, tv y cualquier otro medio publicitario, nos hace construir mensajes que no son reflexivos, sino mucho más emocionales… A lo largo de este período vacacional navideño hemos sido bombardeados de una forma tan brutal, que se supera cada año. Uno tiene la impresión de que cuanta mayor es la sensación que nos transmiten de crisis, es mayor la agresividad de las campañas del “cómprenlo…” Todo lo que es publicitario es susceptible de ser “sobrante”. Lo realmente importante, no necesita de publicidad, no necesita de moneda de cambio ( y eso no significa que sea gratuito ), lo que podemos construir con nuestra mente, con nuestras emociones, con nuestras manos… no necesita marketing  ¿De verdad podemos pensar que cuando Dios nos envió a su Hijo, influyó en algo, el que nada más nacer aparecieran tres Reyes de Oriente, con oro, incienso y mirra?, ¿ alguien se preguntó qué ocurrió con tales obsequios?, ¿dónde fueron a parar…?. En realidad, no importa… lo importante es que ofrecieron bienes tangibles, materiales y que son “comprables” en la actualidad, esa es la idea que desde hace siglos se nos ha querido inculcar ya desde niños…
                Ni oro, ni incienso, ni mirra… a mí me alimentan mucho más sus abrazos y poder observar en la calle, también a desconocidos, que se abrazan, que se saludan con afecto, con independencia de las circunstancias personales de cada uno, qué más da, si somos un mismo Ser, si podemos reconocernos en un abrazo… Eso quisiera para todo este año, poder abrazarles y sentirles cercanos….