jueves, 29 de noviembre de 2012

IN MEMORIAM…”NOS VEMOS EN LA CIMA.” ZIG ZIGLAR





         En el día de hoy  acaba de fallecer a la edad de 86 años, en el hospital Dallas, en Texas. Hablar de Zig Ziglar es hablar de un maestro de maestros. Es hablar de los principios básicos de  lo que hoy día conocemos como “motivador”. Es muy probable que muchos de ustedes hayan escuchado hablar de su obra más popular : “Nos vemos en la cima” publicado en 1975,  a pesar de que fue rechazada por más de 30 editores, consiguió un gran éxito en todo el mundo y una venta millonaria de libros. 

         Zig Ziglar más que un motivador, creó toda una forma de pensar y de vivir en positivo, en consecuencia con esta forma de vivir. “ Su credo lo definió hace más de 35 años así “ El hombre como criatura, fue preconcebido para el logro y la realización, equipado para obtener el éxito y dotado con una gran posibilidad de grandeza”.
                Con explicaciones sencillas, accesibles para todo tipo de personas, sean de lugar geográfico que sean y prácticamente con la edad, sexo o condición que sea, por tanto una persona universal que explicaba “ Usted es el único que puede utilizar su propia habilidad. Esto constituye una responsabilidad abrumadora”. Como les contaba, no es solo un motivador extraordinario capaz de cambiar la forma de sentir y de comprender la vida, sino también era un “entrenador de personas”, les motivaba, les facilitaba herramientas para poder desarrollarse tanto en empresa como en la vida privada y estaba convencido que “nos veremos en la cumbre…”, en donde sin duda ya estará desde el día de hoy, en la mayor de las cumbres a donde todos los seres tenemos la posibilidad de llegar…


                No quiero extenderme en este momento ( ya lo haré un poco más adelante) en la obra, reconocimientos y empresas tanto propias como de las que ha sido proveedor del mejor de los servicios posibles “hacer un entorno mejor, de convivencia y relación, entre las personas”, primero porque realmente, si me lo disculpan, en este momento no me encuentro con las fuerzas suficientes como para hacerlo, aún conmovido por la noticia que acabo de recibir hace poco más de un par de horas. Y por otro lado, porque quisiera hacerles llegar mi agradecimiento a esta persona, a este equipo de personas, que hicieron posible que iluminaran el camino como Coach Personal en el que en la actualidad estoy inmerso.
                Conocí a Zig Ziglar ( desgraciadamente, no en persona) en el 2007, de la mano de un buen amigo y compañero, también ya fallecido llamado Sergio Dámaso del Pino, que nos ofreció un curso de motivación y liderazgo, de la mano de mi también amigo y mentor Sergio Cutié, empresario canario creador de Cutié Consulting que realizó un magnífico curso en Zamora y nos mostró lo que para mí, era una forma de confirmar muchas de las ideas y de los planteamientos personales que llevaba en mí desde muchos años atrás… Este curso marcó el principio de un camino nuevo, mucho más abierto, más libre, más luminoso del que hasta entonces yo transitaba…
                Solo puedo que dejar mi agradecimiento a los dos “Sergios” y en particular, especialmente en el día de hoy a “ZIG ZIGLAR”…. En la confianza de que ahora estará disfrutando del hermoso paisaje… en la cima.


viernes, 23 de noviembre de 2012

25 de NOVIEMBRE - Día Internacional de la Eliminación de la Violencia de Género



            Este domingo día 25, se celebra como cada año el día I. de la eliminación de la violencia de género y como cada año, las cifras que se nos facilitan son tremendas, no quiero ahondar en números, que se me quedarían obsoletos antes de terminar este artículo.Quisiera hacer con ustedes, una reflexión en voz alta y con todas las reservas posibles: yo creo que el principio pudiera venir de cuando nuestras madres, que a su vez lo recibieron de sus madres y así , hacia atrás, desde tiempos inmemoriales, consideran a sus hijos como algo propio. Cuando tenemos el concepto de “propiedad” tan arraigado, tan asumido como algo irrefutable, tenemos el concepto de “cosa”, de “objeto” que nos pertenece; es cuando términos terribles “como la agredí, porque es mía” se hacen difícil de convivir con un mínimo respeto exigible por ambas partes. Cuando se traspasa la barrera del propio “auto-respeto” y del respeto con los semejantes que podemos convertir y tratar como “seres inferiores” es cuando el raciocinio se nos ha ido de las manos. Salvando todas las distancias y entendiéndolo en este estricto sentido, da igual que maltratemos a una mujer, que a un niño, un anciano, un animal, sea cual sea... la ira es la que domina la situación.

        El maltrato infligido a otro ser vivo es un maltrato que se hace en primer lugar a uno mismo…

        El maltrato cotidiano, con el que tan a menudo convivimos, no siempre tiene que entenderse como una agresión física grave, ni tiene porqué ser la agresión que acabe en la sala de Urgencias. Hay un maltrato, que podríamos denominar “sordo”, pero con la contundencia de la perpetua insidia diaria, del desprecio sobreentendido y lamentablemente tantas veces asumido como propio y real. No hay excusa posible para esta forma de relacionarse. Cada maltrato lleva consigo de una forma diferente, pero en realidad de una forma efectiva, la tragedia personal de quien lo proporciona y la de quien lo percibe, pero no solo de estos dos agentes, sino de todo el entorno social, que se corrompe, que afecta a sus seres más cercanos. Lo que hemos venido en llamar Violencia de Género, no afecta en exclusiva al “género”, sino también a sus descendientes, a sus ascendientes y a cuantos les rodean. Es una responsabilidad de todos, que necesita una respuesta no solo de la persona agredida, que posiblemente está en las peores condiciones de denunciar, sino de una sociedad que deje de reír las “machadas”, que ejerza la presión suficiente, como para que sienta su comportamiento como algo intolerable que tiene solución y el que la ejerce tiene la responsabilidad de poner los medios necesarios para que nunca más se vuelvan a repetir estas situaciones. Un/a maltratador/a, no es un enfermo crónico, haya tomado (voluntariamente) las sustancias que haya tomado. No es una forma de ser. No es una actitud, no es en sí misma una capacidad que tiene por ser un ser superior; sino que es una mala forma de reaccionar, de comprender las situaciones y resolverlas. Es una manera egoísta y mortal de relacionarse con su entorno. Es insufrible e intolerable en un momento social, al menos en el espacio físico-geográfico en el que les escribo. Es una consecuencia, no solo española, que bastante ha avanzado en las últimas décadas, de la permisividad que las sociedades, en su mayoría “patriarcales”, que dan trato discriminatorio entre las agresiones en el entorno familiar y/o de relación afectiva, frente a las agresiones que podrían darse en un entorno laboral, deportivo, social…

        Todos tenemos la obligación de responsabilizarnos de que la violencia, sea del tipo que sea, del género que sea, de la raza, la edad, la condición socio-económica que sea, se reduzca a niveles de tolerancia cero…
        Estoy convencido que muchos de ustedes que me leen, conocen situaciones de agresividad, de violencia, en la que no se han querido vincular, comprometer, que han mirado hacia otro lado…. ¿ se les ocurren maneras de reducir, de “aislar”, de convencer que esta actitud, es necesaria que se trate por especialistas y se solucione como uno de los más graves problemas de salud de una sociedad, que cada vez tiende a ser más libre, más igualitaria, más feliz…?


miércoles, 14 de noviembre de 2012

EXCUSAS O ARGUMENTOS





                Cada vez escucho con mayor estruendo las quejas continuas de personas que por una o por otra razón, se sienten molestos “eufemismo, por no utilizar innecesariamente palabras más duras”, por diferentes razones, seguramente de todo tipo, que están sucediendo de forma general y de forma particular en muchas de las casas de este país. La cantinela sobre la crisis, que por cierto, como seres olvidadizos que somos y mucho más emocionales que razonables, ya no queremos recordar las diferentes crisis que con asiduidad de no más de 3 ó 4 años se repiten y siempre nos parecen las peores. Es alarmante mucho más que las dificultades económicas, la sensación continua de enfado en la que parece que estamos sumidos. A fuerza de repetir en todos y cada uno de los “medios de desinformación” lo mal que está todo, hemos conseguido un clima de una cierta angustia, alarmantemente contagiosa, hasta el punto de que a las personas que no van del todo mal y que tampoco su situación personal ha sufrido grandes cambios, llega a hacernos cambiar de costumbres, de formas de reaccionar o de actuar en nuestro entorno. Si la economía realmente es una materia que debería implantarse en las escuelas, en los institutos y por supuesto, en cada una de las carreras universitarias o de formación profesional, en vez de empezar a preguntarnos porqué no es así, caemos en el analfabetismo financiero que nos lleva por los caminos que ahora nos toca transitar. 



            Creemos que tenemos una de las mejores formaciones ( y probablemente sea cierto….), pero en realidad, estamos en una situación en la que deberíamos de tener más y mejores conocimientos sobre las cosas que nos afectan de una forma tan trascendental. Es posible que nuestros abuelos o bisabuelos no necesitaran saber bien cómo funcionaba una entidad bancaria, mucho menos una tarjeta de crédito o un crédito en sí mismo, pero en este momento, no tenemos claro ni el conocimiento sobre estas ( y otras materias vitales) y tampoco el conocimiento que tenían de la agricultura, de la ganadería, del clima y sus cambios ni en qué medida esto nos afecta…, de manera que podría deducirse que somos mucho más ignorantes, que el que entonces llamaban “tonto del pueblo”.
                Eso sí, hemos conseguido desarrollar, un talante crítico y desairado sobre las cuestiones que nos duelen de forma directa, personal, en la mayoría de los casos. En breves días estaremos inmersos en la primera huelga general de este año ( que lo mismo, tampoco es la última dentro de este mismo 2012) y las consiguientes manifestaciones, para poner nuestro grito en lo más alto del firmamento exigiendo que “alguien” arregle esto, que “alguien” nos devuelva lo que consideramos nuestros derechos, que pensábamos que eran eternos por el solo hecho de haberlos conseguido o heredado, en muchos caso, pero lo grave, la situación casi “trágico-cómica” ( si no fuera por lo que es….) es que no tenemos líderes responsables, con una mínima honestidad que les permita ser el espejo en el que podamos mirarnos, sin llegar al sonrojo, cuando no al puro estupor, por lo que cada día parece una nueva “golfada”.

                Hace muchos años, que yo creo que las cosas no se cambian en las calles resguardados por el grupo y la pancarta. Una manifestación es una muestra más del enfado, pero no una aportación de soluciones reales que…¡por supuesto que existen…!. Quizá sin tener que inventar nada, que no nos hubieran contado ya los griegos, por ejemplo. Solo que habrá que actualizarlas, habrá que dar el salto de la mentalidad de la era industrial, a la digital, a la era de la informática, en la que a la velocidad de un byte, se trasladan millones de euros o de dólares de una nación a otra o se pierden definitivamente en el abismo de los aprovechados “sabios de los dineros”.
                El primero que esté dispuesto a aportar una solución, que esté dispuesto a crear su propia estructura financiera, su propia economía particular, su propia solución colectiva remangándose las mangas y ensuciándose las manos, que hable, pero el que utilice su voz, solo para pedir…( una ayuda, un trabajo, un “dación en pago…”) por favor, que se calle…, que se calle sin más y analice de dónde vino y porqué. Que se calle, en vez de salir a la calle a gritar su propio error, sus propias equivocaciones, con todo el respeto que se puede sentir por el que distrayéndose de sus propias responsabilidades, ha dejado en manos de otros, se llamen gobiernos de un color o de otro, de un lado o de ninguno (como cada uno parece en este momento). Realmente muchas de las quejas, parecen más excusas por no haberse dado a tiempo cada uno de lo que se movía a su alrededor, que argumentos para explicar lo que está dispuesto a hacer realmente para que su futuro no sea tan desesperante como parecen haberse convencido…