viernes, 22 de octubre de 2010

INTELIGENCIA EMOCIONAL


¿ Equilibrio entre cerebro y corazón ?
El desarrollo de la inteligencia emocional pasa por ser más consciente de uno mismo, de lo que siente y lo que piensa. Esto nos proporciona más claridad sobre lo que realmente queremos y el coaching personal nos ayuda a clarificar como lo queremos. Planteamientos que no suelen ser habituales, a menos, que ya estemos iniciados en el ejercicio de un desarrollo personal interior, mucho más profundo de lo que es habitual, o bien, que  podamos contar con un coach personal que nos ayude a mejorar en esta forma de inteligencia, en algunos casos de forma natural, como se tienen otras maneras de inteligencia que a veces escapan a los tradicionales test de inteligencia, pero en otros muchos de los casos, la inteligencia emocional se adquiere poco a poco, con ejercicios que no tienen porqué ser complicados, ejercicios muy basados en la observación tanto del exterior como de nuestro propio interior, analizando con la inteligencia qué es lo que nos sucede, lo que nos provoca, lo que excita nuestro estado de ánimo, porqué reaccionamos como reaccionamos en función de los estímulos que recibimos. Las cosas por sí mismas, no tienen ningún poder que no le hayamos concedido de antemano, a menudo por costumbre, por cultura, por estadística, somos seres que aún sin ser muy conscientes, nuestras reacciones son fruto de la estadística personal que cada uno tenemos y en el ejercicio de “acierto/error”, sabemos cómo movernos, cómo entender nuestro entorno.
En realidad las circunstancias que nos ocurren tienen el poder de modificar nuestro estado de ánimo, en función de que nos dejemos llevar por el hecho o por el contrario, que seamos capaces de controlarlo y enfocarnos en lo que tengamos que hacer, con determinación, sin permitir que esta o tal persona o situación nos distraiga el objetivo que tengamos en ese momento. Aunque pueda parecer que esto es muy complicado, en realidad no tiene porqué serlo, siempre y cuando no nos desanimemos tanto, como para no seguir intentándolo porque en algunas ocasiones no hayamos tenido la capacidad de reaccionar como quisiéramos, sino como “tenemos por costumbre”.
           

           

domingo, 17 de octubre de 2010

APRENDER A ESCUCHAR, ESA ES LA CLAVE.

Estos días, y no por casualidad, sino como uno de los referentes más sensatos que conozco, me tropecé con una canción que escribió Alberto Cortez y publicó en el año 1.974 dentro de un álbum Como Ave de Paso, ¿la canción?: ¡Qué suerte he tenido de nacer!. Me ha reafirmado en la creencia de que esta profesión que han llamado Coach, es una manera de denominar el arte de la escucha sincera, no del “ oir ” con el que habitualmente tratamos de comunicarnos, o más bien de reescucharnos a nosotros mismos.
            Descubrir que hace 36 años alguien escribiera y cantara: “ Qué suerte he tenido de nacer para poder asistir como testigo al milagro de cada amanecer, … para tener la opción de la balanza, sopesar la derrota y la esperanza con la gloria y el miedo de caer….Qué suerte he tenido de nacer para callar cuando habla el que más sabe, aprender a escuchar, esa es la clave, si se tiene intenciones de saber…”. Es un canto a la VIDA misma. No voy a reproducir toda la letra, que es una belleza, sobre la suave música que Cortez sabe colocar tan bien.
            Aprender a escuchar…, esa es la clave. Escuchar con respeto, a ser posible, con aprecio a la persona que nos comunica. Siempre tenemos la opción de cortar la conversación y marchar, pero si nos quedamos a escuchar, escuchad en toda su extensión, escuchad sinceramente, desnudos de prejuicios, de enjuiciar aún antes de que se acabe la frase.
Escuchad bajo el descanso de escucharse a sí mismo continuamente. Siempre, cada día de nuestra existencia. Somos la primera voz (aunque sea interna) que escucha nuestro cerebro y la última de cada día. Dicen que no podemos cerrar los oídos, como podemos cerrar los ojos y la boca, pero no es verdad. Podemos tapar nuestros oídos, pero no  podemos tapar nuestra voz a nuestro cerebro, podemos redirigirla hacia unas u otras voces o tratar de alcanzar un silencio, más o menos profundo. Aprender a escucharnos, esa es la clave. Toda la vida, consciente o inconscientemente nos escuchamos y a menudo bajo voces del recuerdo. ¿Son conscientes de que se escuchan?. ¿Qué es lo que se escuchan diciéndose a sí mismos?, ¿Cómo se sienten, o mejor aún, cómo se piensan cuando se escuchan por la mañana a sí mismos ?.
Muchas gracias querido Alberto.