Hace ya un tiempo que había leído
“Médicos del Cielo, médicos de la tierra” escrito por Maguy Lebrun y en estas semanas lo he vuelto a releer. Igual que
sucede con las personas, sucede con los libros, con la música y con tantas
otras cosas que se nos van apareciendo por el camino y parece que llegan en el
momento justo…
Médicos del cielo, médicos de la tierra
está editado en España por Ediciones Luciérnaga, en su primera edición en mayo de 1989, en
menos de 10 años se han realizado nueve ediciones y de seguir así bien pudieran
ir ya por más de 20 ediciones. Pueden encontrarlo en http://www.edicionesluciernaga.com/es/llibre/medicos-del-cielo-medicos-de-la-tierra_10321.html,
ISBN: 84-87232-00-0 EAN 9788487232008.
Maguy que es enfermera y magnetizadora, junto a su
marido Daniel que es médium, forman una hospitalaria pareja que mantiene una
relación sencilla y fácil con el más allá en forma de “conversaciones
informales” con seres muertos y enterrados hace años. Han llegado a convence a
más de cuarenta médicos de la región de Grenoble (Francia) de que su aventura
espiritual es real. Estos médicos trabajan con el matrimonio Lebrun y han
comprobado curaciones inexplicadas e inexplicables.
Antes de continuar, debo aclarar
que no estoy presentando a fanáticos, ni a iluminados (en su peor acepción) se
podrían comprender como “iluminados” porque han recibido LUZ de una forma
diferente. No hablamos de milagros, sino de estrecha colaboración entre unos
médicos y otros… Los médicos que nos han dejado ya en esta vida, no tienen
porqué perder todo su conocimiento, toda su experiencia ahora enriquecida con
otro tipo de conocimiento que aumenta y mejora sus posibilidades. Digo los
médicos como puede ser cualquier otra profesión, cualquier otro tipo de
conocimiento. Es necesario recordarlos, abrirse a nuevos conocimientos y
experiencias con una mente limpia y enfocada hacia el bien común.
El matrimonio Lebrun crearon un
grupo inicial de plegaria en su domicilio particular al que se fueron uniendo
médicos y profesionales de todo el mundo y de todas las confesiones, de todas
las razas y de todas las edades, llegándose a expandir prácticamente en toda
Europa ( probablemente también en otros continentes ). Sin embargo y a pesar de
los millones de libros vendidos y traducidos, no son excesivamente conocidos,
no son populares y por eso quizá es que no son fáciles de encontrar en Google (
este libro sí, pero muy poco de sus vidas) ni tampoco en las “Wikipedias” ni en
la española, ni en la francesa, por muy sorprendente que pueda parecer. Hablar
de religiones, de medicina y de muerte, no son temas que les atraiga demasiado
a las multinacionales de la información y menos si se tratan con respeto, con
rigor, incluso con alegría. Desde luego exentos de todo morbo, ni fanatismos…
No es mi intención desvelarles el
contenido del libro, que por su título ya apunta hacia donde va. Los que me
conocen un poco, saben que no soy especialmente practicante, ni muy acostumbrado
a ceremonias, que no sean las puramente sociales, aunque sí confieso que soy profundamente
espiritual.
Hay una fuerza interior poderosa que todos
tenemos dentro, la queramos reconocer, potenciar, ignorar o ridiculizar, da
igual… está. Está tan clara y presente como las normas que rigen el Universo,
las interpretemos como las interpretemos en cada momento de la historia, siguen
su curso con independencia de que se crea, se interpreten, se afirmen o
contradigan …
Quien quiera aprender a conocerla
mejor, a potenciarla, a beneficiarse de ese potencial que está en nuestras
manos, tiene elementos de conocimiento como nunca ha existido a lo largo de la
historia contemporánea. Muchas culturas, unas ya desparecidas y otras en
práctica, ya tenían y tienen el conocimiento de su existencia y algunas
fórmulas para emplearlas en beneficio propio y ajeno. Como siempre que puedo,
me quisiera despedir hoy con una pregunta para ustedes.
¿ Conocen ese potencial, esa
fuerza, esa energía y creen que pueden potenciarla para hacer mejor su vida y las
de su alrededor?
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