viernes, 21 de septiembre de 2012

NUESTRAS OLIMPIADAS EMOCIONALES



Continuando con el artículo anterior sobre las Paralimpíadas, quiero invitarles a hacer una reflexión sobre las Olimpiadas que cada uno prepara o no, de una forma más personal, más interior. Quiero trasladarles la pregunta: ¿ Cuánto ejercicio realizan sobre su propio músculo emocional?. Tal vez pueda sorprender en un principio este planteamiento, pero si entendiéramos, en un símil claro, las emociones como un músculo que hay que mantener en buen tono, mejor aún, las emociones pueden imaginarse como un conjunto complejo de músculos, que nos hacen estar en buena forma para afrontar las vicisitudes de cada día o que por el contrario nos hace que no sepamos afrontarlas de forma inteligente, eficaz, mentalmente saludables….

                Cada día que amanecemos, nos enfrentamos a nuevos retos, a la satisfacción de conseguir alcanzar metas, en algunos casos, mejorar nuestras propias marcas…
                Igual que ocurre con los deportistas de élite que acuden a unas Olimpiadas, estas “medallas” no suelen ser gratuitas, sino el fruto de un esfuerzo, de un trabajo personal elaborado, continuado, esforzado y elaborado en compañía de ayudas, de todo lo que hemos ido recogiendo en el camino y nos ha ido fortaleciendo, tanto lo bueno como lo que nos ha hecho daño. A veces recogemos, por nosotros mismos, información sobre las dificultades que tenemos que enfrentar y en otras ocasiones sería bueno contar con un “Coach”, con un “Entrenador Personal” que nos ayude a superarnos cada día, que guíe nuestro camino, que nos tome la medida de los “tiempos”, de las cosas en las que fallamos y debemos mejorar y de las cosas que en nuestro alrededor pueden favorecernos, a veces aprovechando este entorno y a veces, aislando las circunstancias que no nos ayudan en nada, que dificultan el camino, sin que esté en nuestras manos el poder variar estas circunstancias porque no dependen de nosotros y nos roban energía, tiempo…

                ¿ Cómo hacen cada día para que esta musculatura emocional se vaya fortaleciendo, se vaya haciendo más resistente, permitiendo que nuestra propia vida y la de nuestro entorno sea mucho más confortable, más satisfactoria, más saludable y que podamos obtener una buena marca, un conjunto de medallas que poder contemplar cuando lleguen tiempos peores, quizá cuando nos alcance lo que hemos dado en llamar: “la vejez”?

No hay comentarios: