Uno se va sumando al calendario
laico (por así decirlo) con las diarias celebraciones del “Día de…”, hoy le
tocó al Día de la Mujer Trabajadora, con el tajo que le pegaron a la palabra “trabajadora”
porque al entender de los que saben… las amas de casa no parecía que se
sintieran representadas, en fin…
Entre esta
forma de celebración y la costumbre que tenemos de utilizar desgracias para
conmemorar días a destacar, hoy nos encontramos, a 104 años de aquel desgraciado encierro que
le costó la vida a 146 mujeres y 71 resultaron heridas, todas ellas
trabajadoras de la fábrica de camisas Triangle Shirtwaist de Nueva York-
Sobrevolando bastante saturado de los inacabables artículos que a día de hoy se han
publicado, como si del “Día de San Valentín” se tratara y por hoy se acuerdan
de las innumerables desigualdades que sufren cada día, el resto de los 364 días
del año las mujeres y que ni alcanzando algunos puestos de poder que ocupan en la
actualidad, consiguen equilibrar. Mucho me temo que más ocupadas en otras
cuestiones, que de sí mismas y la discriminación en el tratamiento de sus
salarios, por ejemplo, que sencillamente es inconstitucional… y punto. Yo no tengo conocimiento
de si alguno de los muchos gabinetes de abogadas existentes hayan elevado declaración de
inconstitucionalidad ante el Tribunal Constitucional.
El caso
es que cada día, necesitamos de más mujeres en las empresas que dirijan y
gestionen, mucho más que por cumplir cuotas y a ser posible, mujeres que
consigan superar la mentalidad judeo-cristiana que nos han aportado tantos
sucesos impresentables, cuando no aborrecibles.
Mujeres
sin tiempo ni para leer este artículo ni ningún otro, porque sencillamente no
les deja tiempo el atender lo que siguen llamando “sus labores”. Palabras y
palabras que no serán suficientes para rescatarlas del maltrato, de la soledad
que las hizo adictas al Whatsapp, al Facebook, al Candy Crush… cuando no
al alcohol o al tabaco, para fumar “como los hombres”, cuando no todo junto
huyendo de los días como esperando de su pasado un presente, cuando los hijos
ya no están, cuando su marido se escapa tras una muchacha de falda tan corta
como su edad y tan bella como ella misma recuerda que
era…
Mujeres a las que, unas veces por
el maldito “qué dirán…” otras por la crisis, por el miedo, que no es cobardía o
pura inercia, siguen desperdiciando el pasar de las horas que acumuladas acaban
formando una manera de vivir. Cuando no, son víctimas de los que “a la fuerza”
o por la fuerza del mal entendido “amor”, se convirtieron en sus dueños y en sus
ejecutores o en un arrebato de coraje se acaban quitando de en medio.
Hoy se hablará mucho de las
mujeres pero nadie nos contará la estadística del “suicidio femenino”, aunque según el INE con datos del 2013, se suicidaron muchos más hombres.
Lo siento si a alguien le amargué
el día, pero me he encontrado con demasiadas cursilerías y tópicos como para
sumarme también al coro de la hipocresía con testículos u ovarios
¡ qué más dará…!