La noticia me llegó directamente
de Perú, no tuve que moverme de mi propia casa para descubrirla, unos simples
movimientos de ratón, dejar grabada mi contraseña para acceder a una página
Web, que muchos de ustedes conocen y comparte conmigo y que reconocerán por tan
solo 2 letras: FB y la información aparece ante mis ojos, de cualquier parte del
mundo y si mi ignorancia no fuera tanta… aprendiendo en miles de lenguas de
todo el mundo.
Digo que me llegó de Perú, porque gracias a Dios ( o a lo que sea, pero
mi infinito agradecimiento vaya por delante) el vivir en esta zona geográfica y
en esta época ha hecho posible, de una forma realmente sencilla y bastante
económica, que pueda estar en permanente contacto con un médico-psicoterapeuta,
entre otras muchas de sus profesiones, llamado Alberto Linares Tejada,
dentro de la enorme actividad con que nos obsequia muy a menudo, hoy he
conocido a Harald Andrés Helfgott, científico peruano que ha demostrado
la solución a la teoría de Golbach ( matemático prusiano Chistian
Golbach), un problema matemático que había permanecido irresuelto desde hace
271 años, es decir que en 1742 proponía que “todo número impar mayor que 5
puede expresarse como suma de tres números primos”, creando uno de los más
difíciles problemas matemáticos.
Por otro lado, científicos de la Universidad de Chicago, publicaron en la
revista “Plos One”, una investigación en la que comprobaron que “las
matemáticas pueden doler”. El estudio cuenta que la ansiedad ante la situación
de resolver operaciones matemáticas, causa en algunas personas, una respuesta
en el cerebro similar a cuando se experimenta dolor físico. Se usó en
participantes voluntarios en edad adulta que demostraron, partir de una serie
de respuestas, tener miedo a las matemáticas bajo distintas situaciones, como
estudiar un libro hasta requerimientos académicos regulares.
Empleando el escaneo cerebral tipo FMRI ( Functional Magnetic Resonance
Imaging) mientras se les pidió resolver unas ecuaciones, descubriendo que en el
cerebro se enciende una alerta en las zonas correspondientes a la amenaza ante
peligro corporal y del dolor físico. Mientras más angustia se sentía hacia la
actividad numérica, se producía un aislamiento de un pliegue de tejido ubicado
en el interior del cerebro, sobre la altura de la oreja, identificando de esta
forma la discalculia: condición diagnosticada en los manuales especializados,
que hace referencia a la incapacidad para el manejo del cálculo, la resolución
de problemas numéricos. La discalculia, no está relacionada con una
discapacidad intelectual o una despedagogía, sino que corresponde a factores
neurológicos por una inmadurez en algún proceso neuronal y que, por tanto, es
una condición congénita, según declaraciones de Sandra Cañote,
psicóloga.
Se lo ofrezco como pequeño “guiño”
a los miles de estudiantes que en estos días se están ocupando de sus exámenes.
Cualquiera de las dos informaciones que les he comentado, es más que
probable que les hayan pasado desapercibidas, al igual que a la mayoría de los
medios de comunicación. Dos buenos ejemplos de cómo sí se está avanzado de una
forma trascendental, como no se ha conocido en los últimos lustros, pero los
medios, la información que nos invitan a manejar y a conocer, suele estar mucho
más centrada en el “espectáculo informativo” que en la información de los temas
que pueden ayudar a resolver problemas que ayudan, de verdad, a las personas en
el presente y en el futuro. A penas hace unos 5 ó 6 años, que las personas no
estaban tan interesadas en la economía, que desconocía el vocabulario habitual
de los economistas, de los analistas financieros… y por intereses, que no puedo
ya hoy explicarles, las corrientes informativas van marcando los intereses
sociales en una u otra dirección. No es casual, ni fortuito ni mucho menos
inocente… pero la información está en nuestra mano, a un mejor alcance del que
nunca ha existido.
Realmente ustedes y yo, son los que deciden de qué fuente
desean beber, cómo dedican su tiempo a informarse y de qué cosas…
No permitan que las noticias dirigidas por las grandes multinacionales de
los medios “habituales” marquen sus estados de ánimo para convencerlos de lo
caótico que es el momento en el que vivimos. Es un tiempo apasionante de
cambios, de evolución, de mejoras, en donde no queda más remedio que dejar
atrás algunas de las cosas que eran importantes hace unas pocas décadas, para
irse ajustando a las nuevas situaciones que se nos presentan cada día…